Tiempo de lectura aproximado: 7 minutos.
El siguiente artículo es una traducción de una entrevista
realizada por la página web “Simply Shredded” a Alan Aragon.
http://www.simplyshredded.com/the-truth-behind-5-food-myths.html
Alan Aragón tiene más de 20 años de éxito en el campo del
Fitness y es una de las figuras actuales más influyentes. Da conferencias en
congresos nacionales e internacionales y realiza el diseño de programas de
nutrición y entrenamiento para atletas profesionales. Además, es el asesor de
nutrición de la revista Men's Health.
“Los mitos hacen mi trabajo mucho más duro. Ellos confunden
a hombres y mujeres en su búsqueda para comer de forma saludable.
Afortunadamente, están a punto de ser iluminados por la ciencia”
Mito # 1: "La ingesta elevada
de proteínas es perjudicial para los riñones".
En 1983, un grupo de investigadores descubrió que comer
más proteínas aumenta la "tasa de filtración glomerular," o TFG. TFG
indica la cantidad de sangre que los riñones filtran por minuto. A partir de
este hallazgo, muchos científicos creyeron que un TFG alto coloca a los riñones
bajo mayor estrés.
Lo que la ciencia realmente muestra:
Hace casi dos décadas, investigadores holandeses hayaron que
mientras que una comida rica en proteínas hace aumentar la TFG, no tiene efecto
adverso alguno sobre la función renal. De hecho, no hay investigaciones publicadas
que muestren que ingerir cantidades considerables de proteínas dañe a riñones
sanos.
Mito # 2: "Las batatas son
mejores que las papas"
Como la mayoría de la gente consume la versión altamente
procesada de la papa, como por ejemplo papas fritas, el consumo de este
tubérculo se ha relacionado con la obesidad y un mayor riesgo de diabetes.
Mientras tanto, se dice que la batata es rica en nutrientes
y tiene menor índice glucémico.
Lo que la ciencia realmente muestra:
A pesar de que las papas y batatas tienen diferencias nutricionales, ninguno
es necesariamente mejor que el otro. Por ejemplo, las patatas tienen
más fibra y vitamina A, mientras que las papas son más altas en minerales
esenciales, tales como hierro, magnesio, y potasio.
En cuanto al índice glucémico, las batatas son más bajas en esta
escala pero las papas cocidas normalmente se comen con queso, crema o manteca. Y
estos ingredientes, ricos en grasa, disminuyen el índice glicémico de la
comida.
Mito # 3: "La carne roja causa
cáncer."
En un estudio realizado en 1986, investigadores japoneses
descubrieron cáncer en desarrollo en ratas que fueron alimentadas con
compuestos que se generan a partir de la cocción excesiva de carne. Desde
entonces, algunos estudios de grandes poblaciones han sugerido un posible
vínculo entre la carne y el cáncer.
Lo que la ciencia realmente muestra:
Ningún estudio clínico ha encontrado una relación directa de
causa-efecto entre el consumo de carne roja y el cáncer. En cuanto a los
estudios observacionales, están lejos de ser concluyentes. Eso es porque se
basan en amplias encuestas sobre los hábitos alimenticios de la gente, y eso es
válido para encontrar tendencias, pero no causas.
El resultado final:
Los amantes de la carne que están preocupados por los supuestos riesgos
deberían simplemente cortar las secciones más quemadas o cocidas de la carne
antes de comer.
Mito # 4: "El jarabe de maíz alto
en fructosa (JMAF) engorda más que el azúcar regular"
En un estudio de 1968, las ratas que fueron alimentadas con
grandes cantidades de fructosa desarrollaron altos niveles de grasa en el
torrente sanguíneo. Luego, en 2002, investigadores de la Universidad de
California publicaron un artículo señalando que el aumento del
consumo de fructosa fue en paralelo a la epidemia de la obesidad.
Lo que la ciencia realmente muestra:
Tanto el JMAF y la sacarosa (más conocido como azúcar de
mesa) contienen cantidades similares de fructosa. Por ejemplo, los dos tipos de
JMAF más comúnmente utilizados son JMAF-42 y JMAF-55, que son el 42 y el 55 por
ciento de fructosa, respectivamente.
La sacarosa por su parte es casi idéntica químicamente
hablando, ya que contiene 50 por ciento de fructosa. La verdad es que no hay evidencia
para demostrar alguna diferencia entre estos dos tipos de azúcar. Ambos
causan aumento de peso cuando se consumen en exceso.
El resultado final:
Tanto el JMAF como el azúcar regular aportan calorías vacías en forma de hidratos
de carbono. Por esto deben ser consumidas en cantidades limitadas.
Cómo? Manteniendo al mínimo la ingesta de refrescos azucarados, jugos de
frutas azucaradas y postres empaquetados
Mito # 5: "La sal causa presión
arterial alta y se debe evitar."
En la década de 1940, un investigador de la Universidad de
Duke llamado Walter Kempner se hizo famoso por la restricción de sal como
tratamiento para personas con presión arterial alta. Más tarde, estudios
confirmarían que la reducción de sal podría ayudar a reducir la hipertensión.
Lo que la ciencia realmente muestra:
Las revisiones científicas a gran escala han determinado que
no hay razón para que las personas con presión arterial normal restrinjan su
ingesta de sodio. Ahora, si ya se tiene presión arterial alta, se puede ser
"sensible a la sal" y como resultado, la reducción de la cantidad de
sal que se consume podría ser útil.
De cualquier forma, se sabe desde hace 20 años que las
personas con presión arterial alta que no quieran bajar su consumo de sal
simplemente pueden consumir más alimentos ricos en potasio.
¿Por qué?
Porque es el equilibrio de los dos minerales lo que
realmente importa. De hecho, investigadores holandeses determinaron que una
baja ingesta de potasio tiene el mismo impacto en la presión arterial que un
alto consumo de sal. Y resulta que el hombre promedio consume 3.100 miligramos (mg) de potasio al día; 1.600
mg menos de lo recomendado.
El resultado final:
Debemos realizar una dieta rica en potasio, consumiendo una amplia variedad de frutas, verduras y legumbres. Por ejemplo,
la espinaca, el brócoli, bananas, papas y la mayoría de los tipos de frijoles
contienen cada uno más de 400 mg de potasio por porción.
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