domingo, 5 de julio de 2015

Talibanes anti carbohidratos

El siguiente artículo es una traducción de un posteo en el blog “Lean Gains” de Martin Berkhan
http://www.leangains.com/2009/02/low-carb-talibans.html




Suscribo a la idea de que la mejor dieta es la que se puede mantener a largo plazo.
Para mí, esto significa un enfoque de ayuno intermitente y un ciclado de carbohidratos, con mucha cantidad de proteína y baja / moderada cantidad de grasa.
Este enfoque lo baso en comida de calidad, con propiedades nutritivas y saciantes pero sin discriminar a un macronutriente en particular.

Después de mirar el documental “Religulous” ayer, entendí cuánto tienen en común algunos fundamentalistas religiosos con los fundamentalistas nutricionales. En los últimos años, vi el surgimiento de un grupo en particular, a los que llamo “los talibanes anti carbohidratos”.
Cuando utilizo el término "fundamentalista", lo uso para caracterizar a los defensores a ultranza de una posición, a pesar de que la evidencia científica la contradice. Tengo que aclarar también que no tengo ningún problema con la gente religiosa y que los respeto en sus convicciones.

Una vez aclarado este punto, voy a hacer un paralelismo entre los fundamentalistas religiosos y estos fundamentalistas nutricionales.

1. Los fundamentalistas religiosos creen en seres sobrenaturales.
Los talibanes de las dietas bajas en carbohidratos creen que se puede ganar grasa corporal sin un balance energético positivo, solo por comer hidratos de carbono.
Como pasaba con los talibanes anti-grasa de hace 15-20 años, ahora tenemos un grupo de personas que culpan a un solo macronutrientes por los problemas de obesidad en el mundo.

2. Los fundamentalistas religiosos basan sus creencias en la fe, no en la evidencia empírica.
Los talibanes anti carbohidratos creen que la grasa consumida en la dieta no tiene impacto en el desarrollo de la obesidad. Algunos, incluso creen que se puede comer una cantidad ilimitada de grasa sin aumentar de peso, siempre y cuando no se consuman carbohidratos.

La "lógica" detrás de esta afirmación, es que el organismo no puede almacenar grasa sin la presencia de insulina (es una premisa falsa).
La consumición de carbohidratos causa la secreción de una hormona llamada insulina. Y mientras haya insulina, no se puede quemar grasa corporal como combustible.
Ante esta situación, los talibanes llegan a la conclusión de que los carbohidratos causan acumulación de grasa. Lamentablemente, este grupo de personas ignora que:
a) Consumir proteína también genera secreción de insulina.
b) La grasa consumida es almacenada como grasa corporal con muchísima facilidad y sin la presencia de insulina, gracias a la conocida como ASP (proteína estimulante de acilación).

3. Los fundamentalistas religiosos creen que las fuerzas del demonio se esconden entre nosotros, creando tentaciones y el mal.
Los talibanes anti carbohidratos creen que los carbohidratos y la insulina son los culpables de la obesidad.
Vivimos en un entorno obesogénico.
Llevamos vidas sedentarias y estamos rodeados de alimentos baratos, de rápido acceso, con alta densidad energética y fáciles de sobreconsumir.
Que las personas aumenten de peso en este entorno no es un gran misterio; sin embargo, estos talibanes aseguran que son los solo carbohidratos los que nos hacen gordos y no consumir estos alimentos en grandes proporciones.
Se, eso parece tener sentido…

4. Los fundamentalistas religiosos creen que hay una sola manera, y que todas las demás religiones no sirven.
Los talibanes anti carbohidratos tratan de empujar a sus creencias hacia los demás y rara vez aceptan puntos de vista alternativos.
Más de una vez los observé hacer las afirmaciones más absurdas con tal de no aceptar el hecho de que muchas personas funcionan mejor con un enfoque alto en carbohidratos, o que las personas que participan en deportes anaeróbicos realmente los necesitan para rendir mejor.

5. Los fundamentalistas religiosos no aceptan las ideas actuales de la creación de la tierra o de la evolución humana, sino que constituyen sus propias historias de cómo llegamos hasta aquí.
Los talibanes anti carbohidratos inventan sus propias teorías sobre el metabolismo humano.

Aquí dejo una explicación rápida sobre cómo funciona:
La grasa consumida se almacena fácilmente como grasa corporal sin la necesidad de consumir hidratos de carbono y sin presencia de insulina.
Cuando se consumen solamente proteínas y alimentos ricos en grasa (sin consumir carbohidratos), es precisamente esa grasa la que se está quemando como energía y no la que tenemos almacenada en el tejido adiposo. Ahora, para que suceda esto último (oxidación de ácidos grasos en nuestro tejido adiposo),  se necesita tener un balance de energía negativo, independientemente de si la dieta es alta o baja en hidratos de carbono.

Cuando se consumen carbohidratos, el metabolismo cambia para ser dependiente de la glucosa; es decir, mientras los carbohidratos son utilizados como energía, inhiben el metabolismo de la grasa y la grasa ingerida se almacena como grasa corporal con más facilidad.
Los carbohidratos sólo pueden ser convertidos en grasa corporal por un proceso llamado de novo lipogénesis (DNL), y esta vía metabólica es muy ineficaz en humanos y solo se ve en estudios donde hay una sobrealimentación de carbohidratos que es masiva.

Se puede decir entonces que sobreconsumir grasa en la dieta conduce a una acumulación de grasa corporal a través de un mecanismo directo (ASP), mientras que sobreconsumir carbohidratos conduce a una acumulación de grasa a través de un mecanismo indirecto, “entorpeciendo” el metabolismo de las grasas / lipólisis.
El punto importante es que la clave está en el balance de energía. Este factor será el principal determinante para el almacenamiento o pérdida de grasa. No se puede engañar al organismo y no ganar grasa si se está en exceso calórico; independientemente de si ese exceso es en forma de grasas o de carbohidratos.

También vale la pena decir que el metabolismo sí aumenta un poco cuando se incrementa el consumo de energía (sólo un poco, nada drástico) y este fenómeno es conocido como termogénesis adaptativa. Irónicamente, este efecto es mayor cuando la energía adicional es proporcionada a partir de carbohidratos y no de grasa.



Entonces por qué funcionan las dietas bajas en grasa?

Tengo amplia experiencia en todas los tipos de dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas (menos de 50 gramos de hidratos de carbono al día) y llegué a las siguientes conclusiones del por qué mucha gente experimenta el éxito en ellas:

1. Hay un “bloqueo” en la sensación de hambre en las dietas cetogénicas, razón por la que pueden ayudar inicialmente. Esto debe ponerse en la balanza con las otras sensaciones que suelen traer estas dietas; que son un sentimiento de privación por no consumir carbohidratos y la disminución en el rendimiento deportivo durante actividades anaeróbicas.

Estos últimos dos puntos pueden ajustarse si se realiza una dieta cetogénica cíclica, donde la cantidad de carbohidratos consumidos va variando dependiendo del día.

2. Hacer una dieta altamente restrictiva, en términos de cortar por completo un macronutriente, puede ayudar con la adherencia. Sin duda, quita el aspecto hedónico de comer.
Muchos estudios muestran que las dietas que permiten comer “cuanta cantidad se quiera” de alimentos ricos en grasas y proteínas, por lo general, conducen a una reducción espontánea en la ingesta de Calorías. Sacar los carbohidratos de la ecuación puede ser un enfoque sólido para el ciudadano promedio que cree que los hidratos de carbono se encuentran  solo en cereales refinados o en pan blanco.
Además, hay menos probabilidades de tener un atracón de omelettes o pollo.

3. Cuando las personas empiezan a comer baja cantidad de carbohidratos y a perder peso, es en parte debido a que comienzan a comer más proteínas que antes. La proteína conduce a una mayor sensación de saciedad que cualquier otro macronutriente.

4. Resistencia / sensibilidad a la insulina. Algunas personas, de hecho, se sienten mejor en dietas cetogénicas o bajas en carbohidratos, por razones fisiológicas. No experimentan bajones de energía ni sensación de hambre.

Sin embargo, mucha gente tiene una tendencia a sacar la conclusión de que tienen que seguir un enfoque bajo en carbohidratos, sin antes haber probado otro camino. He tenido algunos clientes que estaban convencidos de que sólo podían sentirse de forma óptima realizando dietas con poca cantidad de carbohidratos, y resultó que se sintieron igual de bien, si no mejor, cuando incorporaron verduras, frutas, hortalizas y granos integrales como fuentes principales de carbohidratos.

El camino del medio, con pocos carbohidratos refinados, es el más viable para la mayoría de las personas que se auto etiquetan como 'resistentes a la insulina".

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