El siguiente artículo es una traducción de un posteo en el
blog “Lean Gains” de Martin Berkhan
http://www.leangains.com/2009/02/low-carb-talibans.html
Suscribo a la idea de que la mejor dieta es la que se puede
mantener a largo plazo.
Para mí, esto significa un enfoque de ayuno intermitente y
un ciclado de carbohidratos, con mucha cantidad de proteína y baja / moderada
cantidad de grasa.
Este enfoque lo baso en comida de calidad, con propiedades
nutritivas y saciantes pero sin discriminar a un macronutriente en particular.
Después de mirar el documental “Religulous” ayer, entendí
cuánto tienen en común algunos fundamentalistas religiosos con los fundamentalistas
nutricionales. En los últimos años, vi el surgimiento de un grupo en
particular, a los que llamo “los talibanes anti carbohidratos”.
Cuando utilizo el término "fundamentalista", lo uso
para caracterizar a los defensores a ultranza de una posición, a pesar de que
la evidencia científica la contradice. Tengo que aclarar también que no tengo
ningún problema con la gente religiosa y que los respeto en sus convicciones.
Una vez aclarado este punto, voy a hacer un paralelismo
entre los fundamentalistas religiosos y estos fundamentalistas nutricionales.
1. Los fundamentalistas religiosos creen en seres
sobrenaturales.
Los talibanes de las dietas bajas en carbohidratos creen que
se puede ganar grasa corporal sin un balance energético positivo, solo por comer
hidratos de carbono.
Como pasaba con los talibanes anti-grasa de hace 15-20 años,
ahora tenemos un grupo de personas que culpan a un solo macronutrientes por los
problemas de obesidad en el mundo.
2. Los fundamentalistas religiosos basan sus creencias en la
fe, no en la evidencia empírica.
Los talibanes anti carbohidratos creen que la grasa consumida
en la dieta no tiene impacto en el desarrollo de la obesidad. Algunos, incluso
creen que se puede comer una cantidad ilimitada de grasa sin aumentar de peso,
siempre y cuando no se consuman carbohidratos.
La "lógica" detrás de esta afirmación, es que el organismo no
puede almacenar grasa sin la presencia de insulina (es una premisa falsa).
La consumición de carbohidratos causa la secreción de una hormona
llamada insulina. Y mientras haya insulina, no se puede quemar grasa corporal
como combustible.
Ante esta situación, los talibanes llegan a la conclusión de que los
carbohidratos causan acumulación de grasa. Lamentablemente, este grupo de
personas ignora que:
a) Consumir proteína también genera secreción de insulina.
b) La grasa consumida es almacenada como grasa corporal con muchísima
facilidad y sin la presencia de insulina, gracias a la conocida como ASP
(proteína estimulante de acilación).
3. Los fundamentalistas religiosos creen que las fuerzas del
demonio se esconden entre nosotros, creando tentaciones y el mal.
Los talibanes anti carbohidratos creen que los carbohidratos
y la insulina son los culpables de la obesidad.
Vivimos en un entorno obesogénico.
Llevamos vidas sedentarias y estamos rodeados de alimentos
baratos, de rápido acceso, con alta densidad energética y fáciles de
sobreconsumir.
Que las personas aumenten de peso en este entorno no es un
gran misterio; sin embargo, estos talibanes aseguran que son los solo carbohidratos
los que nos hacen gordos y no consumir estos alimentos en grandes proporciones.
Se, eso parece tener sentido…
4. Los fundamentalistas religiosos creen que hay una sola
manera, y que todas las demás religiones no sirven.
Los talibanes anti carbohidratos tratan de empujar a sus
creencias hacia los demás y rara vez aceptan puntos de vista alternativos.
Más de una vez los observé hacer las afirmaciones más
absurdas con tal de no aceptar el hecho de que muchas personas funcionan mejor
con un enfoque alto en carbohidratos, o que las personas que participan en
deportes anaeróbicos realmente los necesitan para rendir mejor.
5. Los fundamentalistas religiosos no aceptan las ideas
actuales de la creación de la tierra o de la evolución humana, sino que
constituyen sus propias historias de cómo llegamos hasta aquí.
Los talibanes anti carbohidratos inventan sus propias
teorías sobre el metabolismo humano.
Aquí dejo una explicación rápida sobre cómo funciona:
La grasa consumida se almacena fácilmente como grasa corporal sin la
necesidad de consumir hidratos de carbono y sin presencia de insulina.
Cuando se consumen solamente proteínas y alimentos ricos en grasa (sin
consumir carbohidratos), es precisamente esa grasa la que se está quemando como
energía y no la que tenemos almacenada en el tejido adiposo. Ahora, para que
suceda esto último (oxidación de ácidos grasos en nuestro tejido adiposo), se necesita tener un balance de energía
negativo, independientemente de si la dieta es alta o baja en hidratos de
carbono.
Cuando se consumen carbohidratos, el metabolismo cambia para ser
dependiente de la glucosa; es decir, mientras los carbohidratos son utilizados
como energía, inhiben el metabolismo de la grasa y la grasa ingerida se almacena
como grasa corporal con más facilidad.
Los carbohidratos sólo pueden ser convertidos en grasa corporal por un
proceso llamado de novo lipogénesis (DNL), y esta vía metabólica es muy
ineficaz en humanos y solo se ve en estudios donde hay una sobrealimentación de
carbohidratos que es masiva.
Se puede decir entonces que sobreconsumir grasa en la dieta conduce a
una acumulación de grasa corporal a través de un mecanismo directo (ASP),
mientras que sobreconsumir carbohidratos conduce a una acumulación de grasa a
través de un mecanismo indirecto, “entorpeciendo” el metabolismo de las grasas
/ lipólisis.
El punto importante es que la clave está en el balance de energía. Este
factor será el principal determinante para el almacenamiento o pérdida de
grasa. No se puede engañar al organismo y no ganar grasa si se está en exceso
calórico; independientemente de si ese exceso es en forma de grasas o de
carbohidratos.
También vale la pena decir que el metabolismo sí aumenta un poco cuando
se incrementa el consumo de energía (sólo un poco, nada drástico) y este
fenómeno es conocido como termogénesis adaptativa. Irónicamente, este efecto es
mayor cuando la energía adicional es proporcionada a partir de carbohidratos y
no de grasa.
Entonces por qué funcionan las dietas bajas en grasa?
Tengo amplia experiencia en todas los tipos de dietas bajas
en carbohidratos o cetogénicas (menos de 50 gramos de hidratos de carbono al
día) y llegué a las siguientes conclusiones del por qué mucha gente experimenta
el éxito en ellas:
1. Hay un “bloqueo” en la sensación de hambre en las dietas
cetogénicas, razón por la que pueden ayudar inicialmente. Esto debe ponerse en
la balanza con las otras sensaciones que suelen traer estas dietas; que son un
sentimiento de privación por no consumir carbohidratos y la disminución en el
rendimiento deportivo durante actividades anaeróbicas.
Estos últimos dos puntos pueden ajustarse si se realiza una dieta
cetogénica cíclica, donde la cantidad de carbohidratos consumidos va variando
dependiendo del día.
2. Hacer una dieta altamente restrictiva, en términos de
cortar por completo un macronutriente, puede ayudar con la adherencia. Sin
duda, quita el aspecto hedónico de comer.
Muchos estudios muestran que las dietas que permiten comer “cuanta
cantidad se quiera” de alimentos ricos en grasas y proteínas, por lo general,
conducen a una reducción espontánea en la ingesta de Calorías. Sacar los
carbohidratos de la ecuación puede ser un enfoque sólido para el ciudadano promedio
que cree que los hidratos de carbono se encuentran solo en cereales refinados o en pan blanco.
Además, hay menos probabilidades de tener un atracón de omelettes
o pollo.
3. Cuando las personas empiezan a comer baja cantidad de
carbohidratos y a perder peso, es en parte debido a que comienzan a comer más
proteínas que antes. La proteína conduce a una mayor sensación de saciedad que
cualquier otro macronutriente.
4. Resistencia / sensibilidad a la insulina. Algunas
personas, de hecho, se sienten mejor en dietas cetogénicas o bajas en
carbohidratos, por razones fisiológicas. No experimentan bajones de energía ni
sensación de hambre.
Sin embargo, mucha gente tiene una tendencia a sacar la
conclusión de que tienen que seguir un enfoque bajo en carbohidratos, sin antes
haber probado otro camino. He tenido algunos clientes que estaban convencidos
de que sólo podían sentirse de forma óptima realizando dietas con poca cantidad
de carbohidratos, y resultó que se sintieron igual de bien, si no mejor, cuando
incorporaron verduras, frutas, hortalizas y granos integrales como fuentes principales
de carbohidratos.
El camino del medio, con pocos carbohidratos refinados, es
el más viable para la mayoría de las personas que se auto etiquetan como
'resistentes a la insulina".
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